El 40% del gasto energético en Europa se realiza en los inmuebles. Con pequeñas acciones diarias podemos contribuir a frenar el cambio climático.
Cada 21 de octubre se celebra el Día Mundial del Ahorro de Energía, una iniciativa que comenzó hace nueve años en el World Energy Forum celebrado en Dubai. El objetivo de este día es conseguir que para 2030 el acceso a energía sea asequible, fiable y moderno, además de concienciar sobre la importancia del ahorro energético para proteger el medioambiente.
Un consumo responsable de energía es la mejor forma de contribuir a frenar el cambio climático, ya que permite reducir las emisiones a la atmósfera. En otras palabras, se evita el uso de recursos naturales, derivados y limitados, como el carbón o el petróleo, cuya extracción supone, además, un elevado coste económico y ambiental.
El 40% de la energía consumida en Europa se debe a los inmuebles, según destaca la Comisión Europea. Esta institución también estima que el 75% del parque inmobiliario de la UE es ineficiente desde el punto de vista energético. Por este motivo, la Unión Europea aprobó una nueva normativa en la que a partir de 2021 todos los edificios de obra nueva o rehabilitados deben ser energéticamente eficientes. A esta iniciativa se suman cada vez más instituciones y países impulsando leyes a favor de la eficiencia energética.
Sin embargo, las medidas recomendadas para promover un consumo responsable no solo dependen de la edificación, sino que el comportamiento individual también desempeña un papel muy importante.
¿Qué acciones podemos realizar para ahorrar energía?
Desde GSA Servicios Ambientales te proponemos algunas acciones para conmemorar el Día Mundial del Ahorro de Energía y que todos podemos llevar a cabo en nuestro día a día para ahorrar energía:
- Utilizar aparatos eléctricos que controlen y limiten su tiempo de uso.
- Aprovechar la luz natural durante el día y siempre que sea posible.
- Usar iluminación de bajo consumo y apagar las luces siempre que no sean necesarias.
- Ventilar los edificios de forma natural abriendo las ventanas.
- Utilizar equipos de calefacción y aire acondicionado que empleen refrigerantes de última generación, favoreciendo un bajo consumo energético.
- Contar con un buen aislamiento térmico en nuestros hogares y oficinas permite mantener una buena temperatura en el interior. Con ello, se reduce el uso de aire acondicionado y calefacción.
- Apostar por el uso de energías renovables.
- Comprobar de manera periódica el correcto funcionamiento de los equipos eléctricos.